A casi 1.000 días del edema pulmonar en Nepal que lo bajó del Everest, Facundo Arana anda trepando en un polígono de tiro. Oxígeno le sobra, pero aparece Romina Gaetani a punta de pistola y de aire le queda un hilo. La respiración es el tema aquí: exhaustiva, alterada, furiosa, agonizante. El arte de mentir en el suspiro. Policías en acción enamorándose entre plomo, gatillos y occisos.
Juntos por primera vez en un protagónico, rubio y morocha estrenarán mañana Noche & Día (21.45, por El Trece), policial de Pol-ka a 19 años de que la productora revolucionara el aire con Poliladron. No hay intención de desnudar explícitamente el sistema argentino, aunque la “Brigada 24” -así se llama el lugar por el que desfilan los personajes- da pinceladas cercanas. Corrupción a la orden del día. “Un limbo carente de incentivo”, promociona la gacetilla. Policías a “purgar pecados inconfesables”, cumplen su castigo en un destierro de desidia en el que muchos se jubilan. Arana y Gaetani se relamen con este género desde que eran niños. El cuenta que solía jugar con una honda, ella con un magiclik como escopeta. Infancias a la luz de la pantalla encendida en Brigada A y en Chips.
Si el dúo aprendió a usar las armas como avezados alguaciles, no sabe el público cómo maniobran los cuchillos a la hora de las milanesas. Invitación a almorzar en un motorhome de San Fernando, sin divismo. Ninguno piensa en las grasas saturadas, ni en el nivel de aceite crujiente, ni en el colesterol. Acá se come cuadrada sin culpas y se saluda a cuanto niño se acerque a la caza de firmas con una hoja de carpeta.
Las vueltas que tuvieron que dar hasta amarse en pantalla son intrincadas y muchas. El, 42 años, 21 de televisión, arrastra la leyenda -a lo Ricardo Arjona- de haber sido descubierto en la estación Pueyrredón de la línea D de subte, mientras tocaba su saxo. Entre soplido y soplido, le ganó a la enfermedad de Hodgkin (un cáncer en ganglios linfáticos), hizo cumbre en el Aconcagua, levantó 4 Martín Fierro, cuerpeó 25 tiras y cuerpeó el escándalo mediático que implicó la convivencia conflictiva de Farsantes junto a Julio Chávez. “Fue una exageración fea de los medios, pero algo que no tiene sentido negar”, dice. “El año pasado lo sufrí mucho. Ya borré. A mi edad, yo elijo a quien respetar”.
Gaetani, 37 años, 15 de ficción, llegó a su primer protagónico con Chiquititas, probó el policial en Botineras, cruzó a Arana como villanísima de Yago pasión Morena (2001) y, a tres años de su último protagónico (Herederos de una venganza), cuenta que en los últimos meses, con la muerte de su padre, supo atravesar y salir inmune de la tristeza para volver a la “hoguera”.
Jiu-jitsu. Con esa palabra rara anduvo familiarizándose ella. “El arte de la suavidad”, es un arte marcial japonés que Arana le aconsejó aprender. “Perro y gato peleándose en la historia, un agente de elite y una detective de homicidios. Me parecía genial que esta mujer tan bella tuviera técnicas tremendas de lucha”, dice Arana frotándose un tatuaje de signo de la paz que pareciera quererse arrancar. “Paliza y paliza de ella a él, así se vinculan. Pero detrás de tanto juego físico, ella logra arrancarle el alma”.
Las promociones de este policial tienen una estética muy norteamericana. ¿Estamos ante un hijo de esas series?
Arana: Quizá desde la estética promocional, pero tiene un tono muy argentino. Del conurbano. Las series de afuera te permiten tomar modelos de cómo contar, esa forma manera de contar claramente viene de afuera, pero hay algo bien nuestro en este programa.
Gaetani: Como esta historia tiene un elemento fuerte de comedia, eso nos hace correr del policial yanqui. Estamos mirando The killing, Breaking Bad, pero no nos interesa copiar. Y no sabemos si con las vueltas de la tele, este policial puede virar en delirio.
¿Por qué insistían tanto los dos en volver con un producto que no fuera estrictamente telenovela?
Arana: Novela yo prefería que no. Y le dije a Adrián (Suar) ‘Si me querés hacer un regalo personal, quiero el policial’. Fue precioso el regalo. Me divierte, lo sé hacer, lo tengo probado con 099 central y lo elijo por no haberlo explorado tanto. Sé perfectamente cómo podríamos funcionar con ella en una novela, pero un policial es como pedirnos que saltemos.
Gaetani: Tuve la primera experiencia en Botineras y siento que como actor uno trabaja otra energía. Particularmente, yo tengo que trabajar la energía masculina en un policial, porque esa energía está más a flor de piel. Con un arma en la mano uno reacciona distinto y a partir de eso tiene que construir algo distinto.
Facundo, ¿estás ahora más precavido a la hora de elegir con quien trabajar después del mal trance de “Farsantes”?
Nunca elijo con quien trabajar porque no soy productor. Hago el gesto de ‘Qué bueno con quien me toca trabajar’ o ‘Qué año difícil voy a tener, pero nada más. El 90% de las veces me pasó de pegar un salto hasta el cielo por lo feliz que estaba por la gente con la que iba a trabajar. Si espero pasar un año difícil, prefiero quedarme en mi casa. Soy precavido en cuidar a mis compañeros, no precavido en elegirlos. La gente que lo hace no tiene mi respeto ni la conozco. Y punto.
Gaetani: Tenemos esas misma búsqueda desesperada de pasarla bien. Yo en una situación así también elegiría irme. Para pasarla mal, vendo el auto.
Bautizados como Victorio “Vico” Villa y Paula Pico (oficialescon currículum intachable, pero enviados a la brigada por error de procedimiento), Arana y Gaetani encarnarán a un policía de elite y a una detective. El trabaja para el área “Crímenes complejos” y carga con la tristeza de haberse quedado huérfano de adolescente. “Un tipo que tuvo que cuidar de tres hermanas menores (Brenda Gandini, Manuela Pal y Candela Vetrano). Hoy en día, las trata como a nenas, a pesar de que son ya tres hembrones”, detalla el rubio, que esta semana sufrió un susto con el accidente sobre patines de su esposa María Susini. El personaje de Paula, a cargo de una investigación por tráfico de armas, adora “mandar y que no la manden” y tiene un novio abogado, Gastón (Coraje Abalos), a quien no ama. “Ella, tan cerebral, fue abandonada de chica. Por eso la dupla se conecta desde la vulnerabilidad que fue la pérdida temprana”, analiza Gaetani.
Del polígono de tiro de San Fernando al mundo. Las seguidoras de Arana en Rumania, Rusia, Eslovaquia, Polonia e Israel ya “trafican” las imágenes argentas por la red. El accionar casi calcado de la “bonaerense” en los ojos del planeta.
La brigada
“Brigada 24”es un lugar al que son enviados policías que cometieron ilícitos. Los que cumplen su “condena” son reincorporados a servicio activo. Oscar Martínez, Gabriel Corrado, Eleonora Wexler, Puma Goity y Eugenia Tobal cumplen personajes centrales, y completan el elenco Favio Posca, Brenda Gandini, Manuela Pal, Candela Vetrano, Victorio D’Alessandro, Gastón Soffritti, Coraje Abalos, y Martín Slipak, entre otros. Autores: Marcos Osorio Vidal y Willy Van Broock. Dirigen Rodolfo Antúnez y Jorge Nisco. Dirección de contenidos es de Marcos Carnevale.
Unidos por la música
A falta de mujeres en el rock, ella se anima al género. La noticia es que Romina Gaetani prepara un disco que Facundo Arana “apadrina”: “Puedo definirte lo que hace ella. Es cierto reviente actuado pero muy creíble, todo eso llevado a una cadencia dark, de la noche, con mucha fuerza”, describe el rubio, que acaba de presentar el álbum Salir a tocar (primer disco de Arana & T.B.L. Orquestra).
Gaetani aún no tiene fecha de lanzamiento ni nombre de su proyecto musical, pero deja que Arana devele unos acordes que grabó en su teléfono. “Es pura potencia”, elogia él, que ya imagina cruzarse en escenarios con su coequiper. ¿Un costado musical a incluir también en el policial de Pol-ka? “Todo es posible. De los tiros a la música”, se ríen cómplices, como si algo relacionado al tema ya estuviera pautado.
En tanto, Arana sigue con su saxo a cuestas tocando por el país, mientras Gaetani tiene en carpeta, el estreno de Huella andina, un documental de realización independiente en el que muestra las bellezas turísticas argentinas con “una connotación espiritual”. Se trata de historias de vida de pobladores de Chubut, Neuquén y Río Negro. Ella ya dirigió (junto a Rodrigo Vila) un clip de Bersuit Vergarabat (Así es, del disco La revuelta).