Estás muy cambiada...
La actriz que se hizo famosa por sus roles sexies en TV, ahora protagoniza una obra de Manuel Puig en un teatro oficial, y produjo y dirigió un videoclip de la Bersuit, banda en la que toca su novio, el guitarrista Oscar Righi. Cuenta el porqué de su cambio de imagen.
Hagamos como en la saga de Linklater, Antes del Amanecer, Antes del atardecer y Antes del anochecer (¡menos mal que ya van quedando pocas horas del día!). No son diez redondos, pero hace cosa de siete, ocho años Romina Gaetani tenía en carpeta lo de Amas de casa desesperadas, le gustaba hablar de metafísica, se comentaba que salía con Fena Della Maggiora, estudiaba música con Ulises Butrón, había vuelto del Machu Picchu -o alguno de esos destinos trascendentes- y llegaba a la nota no en uno, sino en dos taxis: uno para ella y su ropa, y otro para maquilladora, peinadora y agente de prensa. Y llegaba tarde, media hora tarde, y no pedía disculpas o al menos no tan enfáticamente como ahora que, solita y sola, pelo corto, cara lavada, llega tarde -no media hora, diez minutos- pero dice “perdón”, dice “disculpame” y subraya todo juntando las palmas de las manos en un ademán muy zen.
Tratando de abarcar la intermitente historia entre un periodista y una actriz buscaremos, como en las pelis de Linklater, saber qué quedó de esa época ahora que la Gaetani tira simpatía para todos lados y hace en el Teatro Regio una obra de Manuel Puig, Triste golondrina macho que, ella lo dirá, es un delirio total para su carrera de chica televista y teledeseada.
Como si te conociera de siempre, puedo decirte que estás muy cambiada.
¡Un montonazo! Igual eso del taxi y la peinadora puede llegar a suceder de nuevo, eh. Por ahí cambia la actitud, uno va encontrando su lugar en el mundo. Ay, por favor no pongas lo del lugar en el mundo como título... Sobre todo estos últimos años siento que estoy más madura, más segura... Bueno, con Fena nunca salimos y hasta hace un año seguí estudiando metafísica, y lo sigo practicando cotidianamente. Me siento a meditar, sigo leyendo, leo determinados autores, releo mucho, me gusta releer. Lo que te conté aquella vez trajo sus frutos y ahora empecé a hacer un documental sobre el tema. Y escribí el guión. El documental trata sobre cómo ser una persona espiritual, cómo llevarlo a la popu , al común de la gente, sin que en ello exista una bajada de línea. La diferencia entre aquella vez que hablamos y hoy es que el autoconocimiento se puso un poco de moda. Nada, eso y que ahora somos energía...
¿Vos escribís?
Sí. Agarro distintos temas, como los miedos y el pensamiento como energía, trabajo alrededor de las adicciones emocionales, por ejemplo, o sobre el significado de la meditación.
¿Qué son las adicciones emocionales?
Son muy parecidas a las adicciones conocidas: droga, cigarrillo, alcohol. A veces uno está muy apegado a sus emociones y se vuelve adictivo. Si tu autoestima no está bien, esa característica tiende a que uno traiga a su vida personas o situaciones que te ayudan a ratificar, consciente o inconscientemente, esa emoción.
Mirtha Legrand dice que a uno lo tratan como lo ven.
Jajaja, bueno, tiene un poco que ver con eso.
Leí que estuviste en México.
A México fui para hacer una novela.
Ah, energía de Televisa.
No, de TV Azteca, jaja. Hace un año y pico recorrí el desierto de México, Chiapas, el sur, la selva mexicana, las ruinas de Palenque, me perdí por Guatemala, y siempre filmando con la idea del documental.
¿Con Castaneda y con quién más fuiste?
Nooo, fui con Gabriel García Márquez y El amor en los tiempos del cólera.
¿Lo pudiste terminar?
¡¡Sí!! Obvio, un placer. Y me llevé dos libritos de metafísica.
Pensaba que la metafísica, en el caso de una amazona como vos, tenía que ver con sacudirse la imagen, incluso la imagen de la modelo que pudiste ser.
¿Amazona? Ja, y muy poco de modelaje, eh. Tuve a mis 17 años algunos desórdenes alimentarios, no había empezado con la televisión, y en esa época hacía promociones. Nunca cuadré con el sistema de modelaje, quizá por eso hice poco modelaje. Y los de-sarreglos alimentarios tuvieron que ver con una amiga que sufría de builimia. Era una de mis mejores amigas y lo que más quería yo en esa época era acompañarla.
¿Te enfermaste para hacerle el aguante?
Bué, algo así. En esos años, yo no tenía 36 como ahora, tenía 17: transitar la enfermedad de mi amiga, para mí, significaba tener esa clase de conducta enferma. Igual, no llegué a tener ese diagnóstico. Al toque yo lo hablé con mis padres, fui a un psicólogo y pasó.
Digamos que las clases con Alejandra Boero vinieron a rescatarte de una carrera de modelo...
No, no, siempre supe que quería ser actriz. Y en el mientras tanto, mientras estudiaba canto y baile, me ganaba unos mangos como promotora. Como modelo no pude. No quedaba en los castings, no cuajaba. Se ve que la imagen que yo tengo de mí no es lo que los demás ven.
¿Qué imagen tenés de vos?
Me considero linda, pero no tengo ni tuve los rasgos que siguen estando de moda para esa actividad.
No te operaste nada. ¿Por qué?
En un momento quise operarme la nariz. Le pedí a mi padre que me regalara eso para el cumpleaños. Por suerte no lo convencí... Yo exploté con Soy gitano, donde era un personaje recontra sexy. Ahí empezó el tironeo con mi imagen, y como me considero una persona temerosa e insegura lo único que hacía era darle de comer a ese personaje sensual, que lo sigo siendo, lo sigo teniendo, pero no está... Bah, puede estar o no, no sé….
¿La China Suárez es la Romina Gaetani de hoy?
¡Qué linda chica! ¿Vos decís que yo era como ella? ¡Ojalá, jajaja!
Para mí eras un poco más, pero decidiste convertirte en ¿artista? Por ahí “artista” te parece uohh, pero es cierto que hiciste una camino más difuso, te corriste de cámara, dirigís, estás detrás de un documental espiritual...
Yo sé que ese lugar lo tengo y también sé que me aburre volver siempre a ese lugar. Cuando arranqué, yo era la chica que tenía un envase, pero siempre creí que lo mío iba mucho más allá de lo estético. Además tuve la suerte de que muchos supieron ver que en este envase había contenido.
Entonces vos decís que la China no es un “serrucho”...
Nooo... Esto tiene que suceder. Si pensara en el serrucho sería muy poco abundante en mí pensamiento. En el mundo hay lugar para todos. Es una generación de chicas divinas las que fueron apareciendo, sí, sí, creo que en el semillero de Cris Morena hay material -sonríe -. Bueno, yo salí un poco de ese universo.
Para alguien de la escudería Pol-ka, ¿hacer esta obra de Puig no es prácticamente una extravagancia?
¡Sí, total,! ¡Un chino! También una oportunidad. Mis compañeros me pusieron contra todos mis defectos, y ésta es una obra muy difícil donde debo pelar.