Hace pocos días volvió a la tele para el especial "Sutiles diferencias" de El Trece y la Fundación Huésped junto a Gabriel Goity y hace muy poquito terminó a su vez de grabar un piloto titulado Club de hombres (aún sin canal definido) nada menos que con Mike Amigorena. Sin embargo, a contramano de lo que cualquiera pueda suponer, su mirada crítica en lo que a la televisión respecta está lejos de desvanecerse. Si hace poco despotricaba contra las mujeres que “consciente o inconscientemente ejercen la prostitución en pantalla” hoy el reclamo vuelve a ser otro, aquel que se reseñó una vez bajo el slogan “Aguante la ficción” y que esta vez la tiene como inesperada vocera: “No es que molesta el programa de Tinelli, simplemente no me parece bien que no haya variedad en la televisión, sobre todo porque eso lo sufren un montón de personas: colegas, directores, autores, camarógrafos... ¿Vos sos consciente de la cantidad de ficción que había antes y la que hay ahora? A mí me da mucha pena ver que novelas muy dignas se tienen que dar de baja por falta de rating, o que la franja horaria de la noche esté copada por programas de entretenimientos. Está todo muy descolocado”, dice y hace un pequeño silencio, como si tomara impulso para responder la siguiente repregunta: “¿Si hablé de esto con Adrián? No, quizá lo podía hacer antes, cuando éramos pareja y estaba la posibilidad de que yo opine de estos temas, pero ahora no, lo que digo, lo digo como una actriz más del medio y no me fijo a quién puede ir dirigido. Igual tampoco hay que dramatizar, en definitiva la televisión siempre fue cíclica y esto también pasará”, concluye. Mientras tanto, por suerte, esta temporada la encontrará otra vez arriba de las tablas. Y en Mar del Plata, más precisamente en el Teatro Provincial. Así, luego de aquella accidentada puesta de Closer en la primavera de 2008, la mujer que inspiró al recordado personaje de historieta de Altuna, Floppy Bach, volverá al teatro de la mano de Cuando Harry conoció a Sally, la historia que encarnaron en cine Meg Ryan y Billy Cristal y que ahora la mostrará junto a Raúl Taibo y con la adaptación y batuta del talentoso Manuel González Gil.

-La historia, escrita por Nora Ephron, se ha convertido en un auténtico clásico sobre el amor, aquel más profundo y duradero. En principio, ¿creés que es posible interpretarla si no estás enamorada?
-Mmm... Te diría que yo siento otra cosa con esta pieza y el otro día se lo comenté a Raúl: me parece que nos llega en el momento justo. Por los personajes, por lo que se dice, la pieza se relaciona íntimamente con lo que les pasa a las personas de nuestra edad, con sus experiencias, sus vivencias y con la sabiduría que se va acumulando a lo largo de los años. No sé si tiene tanto que ver con el hecho de estar enamorado, sino más bien con la importancia de haber vivido. Y eso es genial.

-Hoy por hoy, lo has dicho varias veces, sos una mujer que cree en el amor. ¿En algún momento no lo fuiste?
-(Piensa) No, en realidad no: creo que el amor siempre fue el motor de mi vida. Sí es cierto que hay ciertas experiencias que te debilitan, y mucho, pero aún en esos casos, el tiempo te termina demostrando que en realidad te fortalecieron. Cada edad, además, tiene su propia intensidad, cuando una es joven todo es mucho más vertiginoso, revolucionario y también conflictivo ya que estás en el medio de una gran búsqueda. Sin ir más lejos, eso lo veo hoy por hoy en mi hija, que está llena de preguntas.

-¿Y vos, dónde estás hoy?
-¿La verdad? Siento que estoy parada en un momento muy especial, el más sincero y maduro del que tenga memoria. Si bien siempre seré inquieta, me parece que hoy está todo mucho más encaminado en mi vida, sobre todo porque estoy al lado de una persona que me contiene, que es compañero, que ama a mis hijos, que me ama realmente y al que yo amo del mismo modo.

-¿Alguna vez pensaste la posibilidad de una vida sin pareja o esa nunca fue una opción?
-Estuve sin pareja durante muchos años después de separarme, así que sí, puedo vivir sin pareja. Obviamente, también creo que el ser humano necesita del otro, de su par y a mí no me gusta la soledad. La puedo vivir como la viví en ese momento, que de hecho me ayudó para hacer otras cosas como escribir cuentos para chicos, pero me encanta estar enamorada, compartir y crecer junto al otro.

-¿Sos romántica como Sally?
-Sí, totalmente.

-En la eterna disyuntiva que plantea la obra, si existe o no la amistad entre el hombre y la mujer, ¿vos de qué lado te ubicás?
-Del sí. Creo que en general para la mujer esa posibilidad está mucho más latente que para el hombre. Claro que se tienen que dar ciertas condiciones previas, pero en mi vida hubo y hay varios amigos hombres. ¡Heterosexuales eh! En un momento me acuerdo que tenía un grupo de amigas y amigos, todos divorciados, donde podíamos hablar de cualquier cosa, llamarnos a cualquier hora. Como en la película, y en la obra, yo viví eso de llamar a las 3 de la mañana a un amigo porque no estaba bien o porque me había pasado algo… Me pasó. Está bueno tener amigos hombres, te amplían la mirada.

-¿Con Fabián fueron amigos antes de ser pareja?
-Con Fabi compartimos todo un programa, Mil Millones (2002), y lo cierto es que yo estaba en un momento muy especial de mi vida. Él era un amigo con el que almorzaba todo el tiempo, y charlaba muchísimo, pero te juro que en ese momento jamás se me cruzó por la cabeza la posibilidad de una relación.

-¿Y a él?
-No sé… él dice que no, que por respeto a la situación que yo atravesaba jamás se hubiese animado a nada, pero bueno, eso deberías preguntárselo a él... (sonríe).

-Por lo que contás, entiendo que para vos un noviazgo puede ir de a poco entonces...
-Sí, yo no soy de esas mujeres que se enamoran de golpe y que al toque ya sienten todo. Yo voy muy de a poco, y siempre con la honestidad a cuestas. A veces puedo parecer algo cruel, pero soy así: jamás te voy a decir “te amo” si no lo siento.

-La historia de Cuando Harry conoció a Sally, ya lo dijimos, cuestiona la existencia de la amistad entre dos personas que podrían ser pareja. ¿Y dos que ya lo fueron?, ¿creés que pueden ser amigos?
-Y... eso depende de cada caso porque cada vez que se termina una relación, siempre hay una parte que sufre más, o que está muy enojada y demás... Me parece que recién con el paso del tiempo, uno puede empezar a transformar el vínculo de ex en amistad, pero se necesita tiempo y una prudente desconexión para después volver a conectar desde otro lado.

-¿Hoy estás en ese momento con Adrián?
-Sí, claro, nos estamos llevando muy bien.

-Hace unos meses en la inauguración de la muestra de Florencia, llamó la atención ver que estabas con...
-(Interrumpe) Sí, estaba con mis dos ex maridos (NDR: Raúl Torrente y Adrián Suar) ¡y con Fabián! ¡Espléndida total! (ríe).

-¿Te sentís responsable de esa armonía familiar? De afuera uno se imagina que no debe ser fácil tener buena relación con tus ex, que se puedan juntar en una situación particular...
-Bueno, tampoco es que comemos todos los domingos juntos. Mirá, yo creo que en la vida cada uno se tiene que hacer cargo de lo que hace y de lo que no. Yo tengo bien claro lo que sucedió en cada caso, y si eso está claro, me parece que lo demás no importa. Las discusiones se pueden dar en el momento de ruptura, pero después, ¿cuál es el sentido de discutir? Además, hay equivocaciones lógicas en la vida y por eso no hay que crucificar a nadie. Yo he tenido mis errores, los demás habrán tenido los suyos y bueno, el juicio final queda para cada uno. Ya está, ya pasó.

-Este año firmaste el divorcio con Suar, ¿pensás casarte ahora con Fabián?
-Es que con Fabián ya somos un matrimonio... (Silencio) De verdad lo digo. Yo siento que ya pasé por todos los estados posibles: enamorarme, querer casarme, hacer la fiesta, tener un hijo… En este momento estamos viviendo otra etapa con Fabi. Obvio que me hubiese encantado conocerlo antes y haber tenido la posibilidad de darle un hijo, pero nos tocó vivir esta etapa, que es muy distinta. Los dos tenemos muy claro eso.

-¿Lo del hijo es un tema muy hablado?
-Sí, claro, y nos pasa seguido eso de ver criaturas y decir “¡Uyy qué ganas... qué lindo sería!”, pero somos conscientes de que estamos viviendo otra realidad.

-¿Cuál?
-Que nos limita la edad. Mi edad biológica, sobre todo. Aunque es cierto que hay mujeres que a mi edad quedan embarazadas, la verdad es que por ahora, yo no me lo planteo. Te repito: me parece que estoy atravesando otro momento. Seguramente estoy más cerca de convertirme en abuela que en mamá.

-¿No te molesta esa palabra, abuela?
-¡Para nada! Si incluso bromeo con Florencia sobre el momento que traerá nietos a la casa.

-¿Hablando de eso, ¿sufrís como propios los desengaños amorosos de Florencia o sos una madre que puede poner distancia?
-Tengo dos procesos, por un lado digo: “Bueno, los desengaños son parte de la vida y está bueno que ella los conozca antes de encontrar a la persona que realmente la contenga” y por el otro tengo esa cosa cabrona de querer matar a cualquiera que le haga daño. Por suerte, en todo este tiempo he logrado tener charlas maravillosas con mi hija sobre la mujer, el hombre, los vínculos y las decepciones que me han ayudado a mantenerme más en el primer estadio. El día que no sea así, es probable que inaugure una nueva saga: “Madres Asesinas”... (risas)

Texto:  PABLO STEINMANN.
Fotos: MACHADO CICALA MORASSUT.

Hormonas revolucionadas. Araceli avisa que su estado es de efervescencia absoluta. A punto de estrenar Cuando Harry conoció a Sally , esta noche, en el Teatro Provincial de Mar del Plata, se acumulan en su cuerpo los nervios, la ansiedad y la alegría en un poderoso cóctel. La versión teatral de la famosa película (Ver Un clásico ...) marca su regreso a la temporada veraniega tras 17 años.

¿Cómo estás viviendo este regreso al teatro? Para mí es más un regreso al ruedo porque en este último tiempo me había alejado un poco. Lo último que hice fue en 2007, Mujeres asesinas . El cuerpo me lo estaba pidiendo, nunca había hecho un parate en mi vida, a no ser cuando estaba embarazada y tenía ganas de descansar, de alejarme un poco. Supongo que tiene que ver con la edad, con distintos momentos que uno va viviendo. Estuvo bueno estar un poco afuera porque me permitió afianzar mi relacion con Fabi (N de la R: Fabián Mazzei, su pareja ), bajar un poco los decibeles, entre otras cosas. Creo que es bueno meterse un tiempo para dentro, no escuchar las cosas que se dicen, es sanador. Y a partir de ahí, adquirís otra visión de las cosas.

¿Qué te gustó de este proyecto? Cuando me propusieron hacer la obra me atrajo la idea por varias cosas. Una porque era básicamente comedia, y también por la posibilidad de hacer temporada en Mar del Plata. Es la segunda vez que hago, y la anterior fue hace 17 años. Así que también tiene algo como de debut. Me ofrecieron otras cosas antes, pero preferí esperar y prioricé la idea de intentar una experiencia nueva.

¿Sentís presión por posibles comparaciones por interpretar el mismo personaje que hizo Meg Ryan en el cine? Yo voy a hacer “mi” Sally no la de Meg Ryan. La obra tiene mucho encanto. Es muy simple y compleja a la vez. Pero no la volví a ver útimamente, me quedé con la imagen de cuando la vi hace muchos años para evitar condicionarme. Me gusta trabajar con Manuel González Gil, el director, esta versión que es muy diferente, pasada del cine al teatro. Esta es una puesta muy original. Como es tan fuerte la imagen que quedó de la película, cuesta imaginarlo en teatro, pero se respeta mucho lo que se quiere trasmitir.

¿Sentís más responsabilidad que con cualquier otro personaje? Al principio estaba más relajada, ahora hay mucho nervio. Pero siento que es normal, es parte de la responsabilidad hacia el público, hacia mis compañeros. Pero me motiva mucho esta cosa nueva de estar haciendo temporada. Además, Manuel tiene una manera de dirigir muy articulada que te obliga a estar atenta a diferentes cosas que van apareciendo. Y eso implica mucha profundidad también. Es una comedia que habla de los miedos que tenemos, de frustraciones. Estoy feliz por compartir esta historia con un elenco maravilloso: Graciela Pal, que hizo de mi madre muchas veces y es parte de mi vida; Roberto Catarineu, un señor muy profesional, y bueno, con Raúl Taibo, con quien no tenía la menor idea de cómo iba a ser compartir el escenario y la verdad es que nos unen muchas cosas. Creo que todo se da para que sea un espectáculo exitoso; no hablo en cuanto a público -ojalá que sí- sino de lo que queremos transmitir en escena.

Araceli trasmite naturalidad. Es una mujer que disfruta comunicándose si se siente cómoda. Diez minutos le alcanzan para retocar su maquillaje antes de las fotos. No tiene problemas en devorar un sándwich mientras conversa, tal como lo haría cualquier mortal. Se ríe, gesticula, y confiesa sus espléndidos 43 años, muy lejos de algún atisbo de divismo. Tampoco teme sacar a flor de piel sus contradicciones y temores. Ni confesar, como la mayoría de las mujeres reales, de carne y hueso que “debería empezar a cuidarme más. Agradezco a los genes de mi mamá, Rosita, que tiene 70 años y es divina. Pero nada de cirugías: por ahora, cremas para la piel, cuidado en las comidas y caminar mucho”.

Actriz, empresaria, alguna vez escritora de libros infantiles.¿Todas esas facetas tienen que ver con vos o son oportunidades que aprovechás? Todo tiene que ver con la búsqueda que voy haciendo. Cuando saqué el libro de cuentos, estaba en una etapa de soledad, disfrutaba mucho de mis madrugadas cuando los chicos dormían y empecé a escribir. Seguí investigando, apareció lo de los miedos infantiles y fue algo que me gustó mucho. Yo sé que, a veces es mucho más fácil hacer una sola cosa y poner todas las energías ahí pero todo lo que aparece tiene que ver con la búsqueda. Yo crezco con cada cosa que hago.

La chica de las mil caras también es una madre, más obsesiva y posesiva de lo que uno podría imaginarse, con sus hijos Florencia de 22 y Tomás, de 12. Pero nada de hacerse la madreamiga. “S er una madre joven te permite compartir muchas cosas. Pero los roles de madre e hija están muy bien marcados. Soy responsable del lugar que ocupo: el que entiende bien y el que no, también. En casa vivimos muy relajados, me cuesta mucho más entrar en el ruedo de esta profesión que estar afuera. Eso sí, no me gusta estar sin hacer nada pero a veces tenés etapas de más exposición y tenés que tener cintura para que no te afecte. Yo fui aprendiendo a manejarlo. Voy al supermercado y disfruto mucho, me relajo, nadie entiende que me quede cuatro horas entre las góndolas. Pero me encanta comprar cosas ricas para cocinar y compartir. Me encanta probar cosas nuevas, coleccionar frasquitos, hacer tortas. Soy muy de tener a los chicos en casa y cuando no están no sé qué hacer. Les pido que me llamen cuando salen, cuando llegan, soy muy hinchapelotas. El pobre Toto camina cinco cuadras dentro del country donde vivimos y me llama porque dice que si no, me preocupo. Las amigas de Flopy no pueden creer que sea así. Soy insoportable. Debo ser agotadora para el otro”, confiesa. “Pero a la vez, se divierten porque les cambio todo, todo el tiempo. No les doy margen para que se aburran”.

¿Con tu pareja sos igual? Sí, pero tengo un hombre que me ama mucho y me comprende y por suerte eso no le molesta. Somos complementarios, él es muy tranquilo y relajado, y ya sabe. Cuando me ve así, se retira un rato y vuelve. Estamos en una etapa de madurez, cuando uno logra cierto conocimiento de uno mismo y del otro. Yo antes me imaginaba que podía armar un modelo perfecto de familia tipo Ingalls, para toda la vida y nada que ver. Ahora entiendo que uno encuentra a alguien para cada momento, y estamos en la misma sintonía. No hay competencias, a él le encanta que me vaya bien. El 24 de diciembre cumplimos tres años juntos. Fue un regalito que me trajo Papá Noel.

En tu vida hubo momentos de cambio muy marcados.

Sí, creo que tiene que ver con cosas que voy teniendo ganas de hacer, no quiero que la profesión sea lo central en mi vida. Ahora estoy armando algo muy interesante, que tiene que ver con cosas para comunicar, en relación con cierta responsabilidad social, que ayude a tomar conciencia a todos de este momento. Pero todavía no puedo contar mucho. Sí tiene que ver con caminos internos, con lo que ahora me hace bien. Hay cosas que están marcadas y uno no se puede hacer el boludo con lo que está marcado y además necesito estar activa, informada, conectada con lo creativo. Este es un nuevo momento de cambios: tengo hormonas caminando por la cabeza.