Ylo hizo otra vez. Araceli González le dijo sí a un nuevo cambio de look y, sin miedo, se animó a darle otro color a su pelo. Bajo las expertas manos de L’Oréal Paris, la modelo y actriz estrenó la última tonalidad de la marca, Castaños de Oro. Camaleónica y audaz, Ara ya demostró que nada la detiene cuando de cambiar su imagen se trata. Acaso, ¿quién no se acuerda de su corte carré en la telenovela Nano? ¿O el pelo bien cortito que lució en La banda del Golden Rocket?
“Ahora tengo muchas más ganas de jugar con mi pelo. A Fabi le encantó… No sé, tal vez estar a su lado me vuelve mucho más femenina”, dice en referencia a su pareja desde hace tres años, Fabián Mazzei.

–¿Cómo está la relación?

–Muy bien. Estoy feliz, muy enamorada. Fabi es un gran compañero, ahora que él trabaja en la obra Los 39 escalones, lo acompaño al teatro cada vez que puedo. Es linda la cotidianidad de esos viajes en auto hacia el teatro.

–El casamiento y los hijos, ¿son temas presentes entre ustedes?

–Mmm, no. Si bien sería el broche de oro para nuestra relación, eso no es lo que realmente nos une. Por ahora, volver a casarme o tener hijos no figura en mis planes. Sé que para él es importante porque no tiene hijos, pero por el momento esa charla no está sobre la mesa. Hoy estamos focalizados en nuestros propios proyectos.

–¿Por ejemplo?

–Mientras Fabi sigue con su obra, yo arranco con Cuando Harry conoció a Sally en Buenos Aires. Aunque lo que más ocupa mi cabeza por estos días es el lanzamiento de mi propia marca de ropa interior. En algún punto tengo ganas de hacer cosas nuevas, de volver a lo que me gustaba hacer cuando era más joven. Lo de la ropa interior me divierte.

– ¿Vas a ser tu propia modelo?

–En primera instancia, sí. Aunque, en realidad, ya no puedo mostrarme tanto, me siento muy incómoda. Además, Toto me dice: “Mamá, no estoy de acuerdo con que salgas en corpiño”. Yo le dije que sólo iba a posar para la primera gráfica y él enseguida me preguntó: “¿Qué piensa Fabián?”. “Bueno, a Fabián le parece bien….”, le contesté yo. “OK, entonces después lo hablamos”, me retrucó. ¡Un genio mi hijo!

–¿Sos consciente de que te convertiste en una referente para muchas mujeres?

–No. [Se sonríe.] Pero tengo que empezar a creérmelo. La verdad es que me pasan cosas muy fuertes con la gente. Cuando me corté el pelo a los 22 años, no entendía cómo las chicas salían de la peluquería con ese mismo look. Lo mismo pasa con las cosas que digo y las repercusiones que tienen. Está bueno que uno pueda decir lo que piensa y que haya muchos que te presten atención. 14.04.2011