Un atisbo de galantería asomaba en la participación actoral que fue su debut: Gabriel Corrado tenía 22 años, unos ojos color cielo que rompían corazones y un papel secundario que interpretar a tono con esos ojos en la miniserie Pantalones azules. Había empezado a estudiar medicina pero algo no cuajaba: hijo de una maestra, la comunicación y la creatividad eran dones familiares que florecieron también en sus hermanos (uno es publicista y el otro periodista). Así que, actuación. Su primer papel protagónico no tardó en llegar. En 1987 y con pocas interpretaciones en su haber logró el papel del héroe en Quiero morir mañana, junto a Rubén Ballester, Alicia Zanca y Mariana Karr. Y desde entonces no paró de actuar.
Sus galanes eran simpáticos y encantadores, como de un Hugh Grant bien argento, pícaro y muy seductor. Tras encarar varias series, se coronó en el rol de héroe desplazando a Gustavo Bermúdez como partenaire de la reina de las telenovelas, Andrea del Boca, en la exitosa Perla Negra (1994) y alcanzó el reconocimiento internacional. Así, al año siguiente fue convocado para jerarquizar al joven e inexperto elenco de la primera temporada de Chiquititas y darle el envión que junto al tino creativo de Cris Morena la convirtieron en un éxito sin precedentes en la telenovela infanto-juvenil.

Después vino una seguidilla de novelas clásicamente argentinas: Zíngara, otra vez junto a Andrea del Boca, en un intento de repetir el fenómeno de Perla Negra que no contó con el acompañamiento del público, Hombre de mar, filmado en Mar del Plata, El arcángel, junto a Paola Krum y Milady, la historia continúa, con Florencia Raggi.

Pero su rostro ya había traspasado fronteras y lo tentaban de ultramar. Debutó como presentador en España, en 1994, en el programa Vivan los novios que tuvo una audiencia memorable. Su desempeño le valió el reconocimiento en ese país, y la propuesta de conducir el programa Gala de Año Nuevo junto a nada más ni nada menos que la top model Claudia Schiffer. En la madre Patria también protagonizó una serie, Mediterráneo, y probó las mieles de la fama internacional. Tal vez ese mundo que se abrió en su horizonte le mostró que podía ampliar sus propias fronteras, y decidió salirse de la actuación para dedicarse también a producir, y dar rienda suelta a esas ideas que ya hacían ruido en su mente.

Fue y volvió de Argentina varias veces. Su último éxito fue Luna Salvaje, en 2000, y aunque hasta 2006 continuó marcando la térmica del mediodía telenovelero, el rating no volvió a acompañarlo como en sus años mozos. Aparecieron nuevos galanes y parecía que no volvería. Pero el dicho lo dice bien: "Las apariencias engañan".

Malparida fue la novela éxito del 2010 hasta que empezó a aligerarse el nivel de televidentes. Fue entonces que alguien pensó en incorporar un villano más a la ya perversa historia. ¿Quién hubiera dicho que el mismo actor que interpretó a galanes bonachones como Tomás Álvarez-Toledo (Perla Negra) o Martín Morán (Chiquititas) podría ser malo alguna vez? Tan impensado como efectivo, "El Almirante" sorprendió a todos y causó furor en la audiencia de la tira.

"Es uno de los personajes más importantes de mi carrera", dijo a Hola! no sin algo de melancolía en la voz luego de concluídas las grabaciones y de que su Almirante pereciera víctima de "la Malparida". "Es un personaje muy fuerte y diferente a todo lo que hice", comentó el actor, conciente del fenómeno que generó en torno a su creación: miles de nuevas enamoradas, grupos en Facebook en honor al personaje y al actor, que ahora también volvió a la no ficción. Encarando por tercera vez en su carrera el rol de conductor al frente del programa El referí del matrimonio, dice sentirse allí "como en el living de su casa". "Estoy muy feliz porque estoy con amigos", asegura con una sonrisa grande y satisfecha.

Tras cuatro años sin proyectos en la pantalla chica, Gabriel Corrado comienza así el 2011 con presencia en los dos canales más vistos de la grilla local: Malparida va por El Trece, y El referí..., por Telefé. "Es el sueño del pibe esto que me está pasando. Estoy en River y en Boca", comenta orgulloso quien fue elegido el galán del año por los lectores de La Nación, por sobre su rival en la ficción, Raúl Taibo. A los 50 años está más vigente que nunca y se siente tan encantador como cuando encandilaba adolescentes en sus comienzos. "El viejo gladiador volvió a la arena y viene por más. No se lo veían venir, ¿eh? Y vamos por más", concluye, dejando al azar y al misterio lo que le depara este año que comenzó victorioso.