latvnosdomina.com.a 22.01.2012
Ambos visten estrictos trajes negros como los personajes que encarnan desde diciembre pasado, cuando empezaron a grabar este "culebrón clásico con pasos de comedia". Dulce amor estrena este lunes a las 22.30 por Telefé

BUENOS AIRES.- Hay algo que no les convence demasiado. Es una palabra, una etiqueta. Sebastián Estevanez y Segundo Cernadas aceptan que son galanes, pero no se los nota demasiado convencidos con el rótulo.

Ahora, a resguardo del calor impiadoso, están sentados a una mesa de un bar en los estudios Pampa-una de las usinas de producción de Telefé, en Martínez-, donde acaban de terminar la jornada de grabación de Dulce amor , la nueva telenovela que mañana, a las 22.30, estrenará Telefé.

Ambos visten estrictos trajes negros como los personajes que encarnan desde diciembre pasado, cuando empezaron a grabar este "culebrón clásico con pasos de comedia" -como definen a la ficción que escriben el padre de Sebastián, Enrique Estevanez ( Amor en custodia ), Marcelo Nacci y Laura Barneix.

Están sentados uno al lado del otro, compartiendo una gaseosa diet , pero en la ficción están cruzados; mejor dicho, enfrentados. Estevanez es Marcos Guerrero, un mecánico y corredor amateur de autos devenido, por las vueltas de la ficción, en chofer de Victoria Bandi (Carina Zampini), la dueña de una fábrica de golosinas.

"Es un pibe noble, mujeriego y transparente. Se tuvo que hacer cargo de su familia porque su padre los abandonó", dice Estevanez sobre este personaje "bien de barrio" que le toca encarnar. El será quien chocará contra Lorenzo Amador, su gran rival -el día y la noche, para ser precisos-, que encarna Cernadas. "Es un tipo ambicioso, sin corazón, que no tiene mucho amor para dar. Es capaz de cortar cabezas con tal de llegar", plantea Cernadas. Lorenzo es además el gerente general de la fábrica de golosinas y el prometido de Victoria. Ahí está el gran conflicto, el triángulo que debe estar presente en toda telenovela que se precie de tal.

En principio, la ficción fue pensada para ser emitida en la franja del mediodía-tarde, pero finalmente se transmitirá en el prime time . Así, el canal buscará salir a competir contra Lobo , que próximamente se verá por la pantalla de El Trece.

-¿Los sorprendió el cambio de horario?

Segundo Cernadas: - No es una decisión nuestra, sino de los programadores. Nunca sabés de qué depende el éxito o el fracaso en TV.

Sebastián Estevanez: - La novela estaba pensada para el mediodía, pero cuando Tomás [Yankelevich, el director de programación de Telefé] vio el primer capítulo, dijo que fuera a la noche de una. Confiamos en él.

Estevanez y Cernadas están ansiosos por el estreno de Dulce amor . Señalan que prefieren disfrutar la experiencia de grabar, antes que pensar en competencia. "En el elenco, todos estamos unidos y preparados. Si tiene que ser un éxito, que lo sea. Lo mismo si nos tiene que ir regular o mal. Nuestro objetivo es disfrutar", confiesa Estevanez. Cernadas lo completa: "El éxito o el fracaso no depende de uno. Hay que relajarse y disfrutar".

Al ingresar en los estudios Pampa se puede ver una suerte de arco pintado de un rosa viejo, que tiene inscripto en el frente la palabra Bandi, para simular que aquí es la playa de estacionamiento de la fábrica. A unos pocos metros, está el edificio: en realidad, sólo es una puerta y una gran pared anaranjada; lo demás lo hace la "magia" de la televisión. Si se camina un par de metros más, se ve una calle y el frente de un par de casas bajas, añosas y un tanto desprolijas. Este es el universo de Marcos, el personaje de Estevanez, que se contrapone al mundo opulento y vil de Lorenzo.

"Me encanta hacer de villano. Es más divertido que actuar de bueno. Hacer de héroe es mucho más difícil porque el personaje tiene menos matices. En cambio, en una telenovela clásica, con el malo, por más que uno caiga en los estereotipos, tenés más posibilidades de jugar", cuenta Cernadas.

Como Estevanez nunca encarnó a un villano, se muere de ganas de interpretar a uno. Pero tendrá que saber esperar. "Debe de estar bueno poder sacar el mal que uno tiene adentro", imagina.

- ¿Están cómodos en el rol de galanes?

S.C.: -La palabra galán no me molesta. Mi personaje, en este caso, no es un galán. El de él tampoco porque está puesto en el juego del antigalán. El rol de galán clásico, que se usa en México y en Colombia, se está dejando de usar acá.
S.E.: -No me peleo contra eso. No es algo feo que te digan que sos un galán. Pero prefiero jugar el rol de antigalán.

No paran de hablar del resto del elenco. Si hasta pasa Carina Zampini, enfundada en un vestido corto celeste que acompaña con unas sandalias del mismo color, y la piropean. "Sos más linda sin maquillaje", le grita Estevanez, mientras ella le sonríe.

La novela tiene un elenco que abarca a varias generaciones en un claro intento por cautivar a la mayor audiencia posible en esta guerra declarada por el rating. Así, se puede ver a dos jóvenes que acaban de salir del elenco de Casi ángeles, como Nicolás "Tacho" Riera -será Lucas, un ladronzuelo- y Rocío Igarzábal- interpretará a Brenda, la hermana rebelde de Victoria. Calu Rivero, que hasta el año pasado componía a Erica en El elegido , aquí se pone en la piel de la hermana del medio de las Bandi, Natacha, una joven con pretensiones de actriz que tendrá un affaire con un hombre 15 años mayor, Julián Domínguez (Juan Darthés), quien a su vez está casado con la inestable Gabriela Ahumada (Laura Novoa). Entre ellos, aparecen Georgina Barbarossa, que interpreta a la madre "un tanto sacada"-en palabras de Estevanez- de Marcos, y María Valenzuela como la progenitora de Victoria. Arturo Bonín será Pepe, el padre postizo del personaje de Estevanez.
Desde que debutaron en televisión a mediados de los noventa, Estevanez y Cernadas no dejaron de trabajar, principalmente en telenovelas.

Segundo actuó en países tan disímiles, como Filipinas, Colombia, México, Perú y los Estados Unidos. Estevanez, en cambio, probó suerte en México con la versión que allí se hizo de Amor en custodia , en 2005. Pero, decidió volver. Algo que aún se cuestiona.

-¿Qué fue lo positivo y lo negativo de trabajar fuera del país?

S. C.: -Lo positivo es la experiencia de conocer gente y lugares nuevos. Lo negativo es la cantidad de horas que se trabaja. Por ejemplo, eran las doce y media de la noche y seguías grabando cuando habías entrado a las ocho de la mañana. Esto en Buenos Aires no pasa porque acá se estipulan diez horas de trabajo como máximo.

S.E.: -Un día llegué a grabar 20 o 22 horas en México. Pero tuve la suerte de que la novela anduvo muy bien.

-¿Por qué te fuiste de México?

S.E.: -Quería tener un hijo y era privarle a mi familia de eso. Además, tenía trabajo acá. Fue una decisión difícil. Había mucha guita en juego. Por ahí, fui cagón.

S.C.: -Fue una buena decisión.

S.E: -Siempre me va a quedar la duda. El año pasado, me volvieron a ofrecer volver. Es una asignatura pendiente.

Son cerca de las 20 y el primero que se va de los estudios es Cernadas, pero antes arregla con Estevanez una salida de fin de semana con parte del elenco. Se los ve relajados, a pesar de que en dos días buscarán dar pelea en el duro prime time de la TV.